- Goze la variedad de mujeres que transiten en el metro...
Que van desde rubias exhuberantes, pelirrojas apantallantes y morenas despanpanantes; consienta a su pupila por lo menos una vez durante su viaje, pero recuerde que la mirada no debe sobrepasar y llegar al campo de lo lascivo y, ante todo, hágalo con discreción y mesura, tal y como se disfruta una obra de arte.
Ojo: datos estadísticos recientes, muestran un aumento en la población travesti.
2. Para el freak show, el metro está a su mejor disposición...
Desde el hombre con elefantiasis, hasta el hombre sin piernas; pasando por el hombre con el tumor más grande en el vientre y el individuo con la tripa de fuera. Déjese sorprender por los seres insólitos y curiosos que observará durante su placentero transborde. Todo esto por la módica cantidad de 2 pesitos.
3. Deguste la gran variedad de alimentos que estan a la venta
Si no desayuno, comió, o simplemente busca llenar el huequito en el estómago, puede adquirir las gorditas de nata con graciosos vellos púbicos incrustados, las papitas de contrabando, wafles que provocan septicemia o las congeladas y sandwiches de helado que le causará una diarrea que le hará recoradar el sufrimiento de los mexicas ante la tifoidea. Enfermedades intestinales que se creían erradicadas, pueden resurgir de los alimentos del metro.
4. Dispóngase a captar la diversidad de olores en el aire...
La mutabilidad de los olores dependerá de la linea en la que se encuentre, pero de entre los tantos aromas que podrá percibir se encuentran: axila sudada de albañil, y cola sudada de oficinista( del cual su escencia se intensificará, si su labor es de siete de la mañana a siete de la noche). La mezcolanza de efluvios es interminable. Permítase fortalecer su sentido del olfato, y así apantallar a cualquiera por sus amplios conocimientos.
5. Si necesita estimulación...el metro es la mejor opción!
Suelen decir eso los conocedores de las artes amatorias. Si usted se encuentra en una etapa de sequía, pero de verdad, seco cual desierto del Atacama, puede traladarse hasta la estación del metro Balderas, donde los empujones y apretones lo estimilarán hasta provocarle priapismo. Sin embargo, si lo que quiere es sentir más vigor, entonces dirígase a las estaciones aledañas al metro Zócalo.
Nota: regrese y cheque el dato estadístico del primer punto.
6. ¿Cómo evadir a los vendedores y limosneros del metro?
Suele ser una pregunta tan enigmática como sencilla, puesto que para lograr pasar desapercibido por estos seres fastidiosos, únicamente finga estar disfrutando de un buen coyotito. Esta técnica es infalible y le permitirá viajar sin inconvenientes ni preocupaciones. En caso de no aplicarla y un limosnero salta de la nada, utilize frases como: "cero varo".
Nota: no aplica con los vendedores de discos con sus bocinitas rompe-tímpanos, ya que sería catalogado como un vil pendejazo: no se puede estar tranquilo ante las canciones de Danny Daniel o el choteadísimo tema de Rudo y Cursi.
Fáciles y útlies son los consejos que le he brindado; aplíquelos si de verdad se considera un buen defeño.
P.D. Tacubaya no está:HO-RRI-BLE.